Padres de Marta del Castillo |
Marta del Castillo |
Estimados Sres. del Castillo:
En estos últimos días se ha
producido otra noticia en el caso de la desaparición y muerte de su hija,
Marta, que les ha llenado de dolor, porque el aumento de la pena impuesta a
Miguel Carcaño, autor de la muerte y desaparición de su hija y único sentenciado en este caso,según ha decidido el Tribunal Supremo, Sala de lo Penal, que ha
aumentado su condena de 20 a 21 años y tres meses (poco cuesta matar en este
país), al considerar dicho Tribunal que se le debe también atribuir un delito
contra la integridad moral por el sufrimiento que le ha provocado a toda su
familia con sus constantes cambios de versión sobre el paradero del cadáver.
Comprendo que este pequeño aumento
de la condena de poco les puede servir mientras no puedan encontrar los restos
de su hija y puedan así cerrar el círculo interminable de la pesadilla que
están viviendo, aunque el dolor no cesará por ello, y al fin puedan alcanzar
una cierta serenidad, sabiendo que Marta también descansa en paz.
La Audiencia provincial de Sevilla condenó
a Miguel Carcaño a 20 años de cárcel por el asesinato de Marta, pero lo
absolvió del delito de violación, lo que sigue sorprendiendo a muchos
ciudadanos, porque se había auto inculpado de ello, aunque no se pueden
encontrar pruebas para condenarlo por la falta del cuerpo.
Además,
la Sala Segunda del Tribunal Supremo le impone,
en concepto de costas del proceso, el coste de la búsqueda del cuerpo de
Marta, lo que asciende a 616.319,27 euros.También, anula la sentencia de la
Audiencia Provincial de Sevilla con relación a Samuel Benítez, uno de los tres
sospechosos de haber colaborado con Carcaño para hacer desaparecer el cadáver y que resultaron absueltos, lo que sigue sorprendiendo a cualquier persona que
siguió el proceso a través de la prensa y leyó las declaraciones que todos los
imputados hicieron en esos días.
El Tribunal Supremo ordena que se dicte un nuevo
pronunciamiento, pero sin que se tenga que repetir el juicio, lo cual impide que Carcaño, único condenado por estos execrables hechos, sea puesto en
libertad por haber permanecido en prisión preventiva cuatro años sin que se
haya dictado sentencia, lo que causaría un escándalo social y aumentaría aún
más el sufrimiento de ustedes como padres de la víctima. Para ello sólo anula una
parte de la sentencia de la Audiencia Provincial de Sevilla, pero no toda para
no tener que repetir el juicio. Además, ordena al tribunal sentenciador que
dicte una nueva Sentencia con relación a
reexaminar la posible participación como encubridor de Carcaño de Samuel Benítez, "con libertad de
criterio y respeto por las reglas de la lógica".
Aunque todos estos extremos jurídicos ya los conocerán a
través de sus abogados, no por ello les será menos dolorosos tener que aceptar
que con esta Sentencia no se aclara el paradero de los restos de su hija y a
esa pena no se le puede compensar con un año más y tres meses de condena y la imposición de costas. al asesino
A lo largo de este tiempo, según dijo la prensa y la televisión, algunas
personas de buena voluntad, y con más o menos acierto, se pusieron en contacto
para indicarles dónde podría estar el cadáver de Marta, pues algunas de ellas
dirían que tenían dotes de videntes y otras, a lo mejor, sólo le hablaron de
sueños, e intuiciones, pero sin que se consiguiera resultado alguno.
Las tres búsquedas emprendidas por la Policía terminaron
siendo un rotundo fracaso, además del alto coste que ello supone en tiempos de
crisis como los que estamos sufriendo. Sin embargo, las dos primeras búsquedas
realizadas en el Guadalquivir, una, y en un vertedero de basuras, otra, se
terminaron sin conseguir ningún resultado, siguiendo las indicaciones de Carcaño que, además del asesinato
cometido, se burlaba de los servidores de la Ley haciéndoles perder el tiempo y
aumentando el sufrimiento de toda la familia cuando veían sus expectativas
fallidas y la incógnita del paradero del cadáver seguía sin encontrar
respuesta.
Sin embargo, la tercera de las búsquedas que hizo la
Policía no se terminó, porque la Ruta del Agua es demasiado larga (más de 68.kilómetros)
y no podía la Policía tener a tantos efectivos y medios dedicados a la búsqueda
de un cadáver, sin tener más indicios que los meramente indicados por
quienes se pusieron en contacto con
ustedes para intentar ayudar a encontrar el cuerpo de Marta. Si no recuerdo
mal, la búsqueda se interrumpió en el kilómetro 4, o 5, de dicha Ruta del Agua,
partiendo desde Sevilla o Camas, dejando de buscar en todo el resto que son
muchos kilómetros hasta llegar a Lago del Serrano, pasando por lugares tan bellos como son, la Dehesa del Serrano, el impresionante Palacio de
Perladé o el Camping Sierra Brava. Cuando una búsqueda cesa antes de finalizar
y sólo se ha recorrido un corto tramo de kilómetros, la sensación de desánimo,
de no haber podido acabar la tarea y de seguir con la angustia y la desazón debe de ser terriblemente
dolorosa.
Como familia de la víctima que son, anunciaron que seguirían en solitario con la
búsqueda; pero, al no haber más noticias al respecto, todo indica que no
pudieron finalizarla por la enorme extensión de terreno a examinar
minuciosamente en una búsqueda desesperada y solitaria .que, por eso mismo,
tenía que ser infructuosa.
Soy una ciudadana más que se solidariza con su dolor, con
su impotencia al no poder encontrar el cadáver de su hija y darle cristiana sepultura,
y ver cómo algunos de los que participaron en la ocultación del cuerpo de Marta
están campando a sus anchas, libres de toda acusación, a no ser la que les
dicte su improbable conciencia, si es que alguna vez se les despertara en sus
viles existencias..
Decía el poeta Marcial que "la mentira nunca muere
de vieja". Deseo profunda y sinceramente que se encuentre pronto el cuerpo
de su hija y que quienes participaron y ocultan su paradero terminen de una vez
con esta terrible mentira, con este juego macabro de silencio y ocultación en el que no sólo se
juega el descubrimiento del cadáver de Marta, sino también que la Justicia
caiga con todo su peso sobre quienes participaron en tan execrable crimen, estén condenados o en
libertad, y paguen, si no con sus vidas, sí con muchos años de cárcel, por
la joven vida que segaron, por todo el sufrimiento, el dolor y la impotencia
que como padres sienten, y al que le acompañan, sin duda alguna, todos los
españoles de buena voluntad que ven horrorizados cómo tales casos quedan
impunes o, al menos, algunos de sus autores.
Reciban mi más alta consideración y afecto.